VICENTE BASSO MAGUO
ANTOLOGIA
POETICA
CUADERNOS JULIO HERRERA Y REISSIG
En el correr el año 1957 se
llevó a cabo en la ciudad de
Montevideo un expresivo
homenaje a dos grandes
poetas uruguayos : Carlos
Sabat Ercasty y Vicente
Basso Maglio, en virtud de
haberse cumplido cuatro
décadas de la aparición de
sus libros iniciales : "PAN-
THEOS" y "EL DIVAN Y EL
ESPEJO", respectivamente.
Fué el reconocimiento de
poetas de generaciones sub-
siguientes, en un estudio de
sus obras y de sus vidas.
La aparición de este cua-
derno. con una selección
poética de Basso Maglio,
hecha por el propio autor,
a la que se agregan frag-
mentos de las palabras de
Uruguay González Poggi y
de Cipriano S. Vitureira,
un RETRATO de Juvenal
Ortiz Saralegui y otro pic-
tórico de Domingo Bazurro,
tiene como propósito reve-
lar, aunque sea fragmenta-
VICENTE BASSO MAGUO
ANTOLOGIA
POETICA
viñeta de Barradas
4DERNOSf^
lio Herrera y Heisai^
N.o 53
1958
VICENTE BASSO MAGUO
La música le envuelve la voz de profecía
a este Basso de heroico y simbólico acento.
Constante, le acaricia sus gemidos el viento;
sólo David en círculos concentra su agonía.
Supo guerrear con fuego la mudable poesía,
y nos legó en su imagen el mejor documento.
Vistió su claridad hábito de lamento,
y viviendo su forja la muerte padecía.
Vencedoras cadencias su júbilo pulieron
y en el ámbito breve de su música pura
sus bíblicas espigas los panes merecieron.
A la distancia ahora su horizonte perdura :
párpados lo cerraron, silencios lo oprimieron,
hasta quedar perenne en su tenaz clausura.
J U V E N A L O R T I Z SARALEGUI
Basso Maglio o el Salmista
Vicente Basso Maglio no ha trascendido en el mis-
mo ámbito continental que Sabat Ercasty pero, su in-
tensa sugestión se ha venido ejerciendo con vocación
de futuro, en forma firme, secretamente ejemplar,
CANCION DE LOS PEQUEÑOS CIRCULOS Y DE LOS
GRANDES HORIZONTES, se pasa de mano en mano
como una sigilosa contraseña, se encomienda como un
difícil tesoro, se lee como un devocionario entrañable.
Al lado de la ceñida universalidad de Basso Mag-
lio, las páginas de otros que han buscado, lícitamente,
publicidad y reconocimiento, parecen regionales, nati-
vistas, caseras y hasta domésticas, destinadas al pe-
queño círculo del presente, pronto arrasado o arras-
trado por los grandes horizontes de los nuevos tiempos
a los que no interesan propósitos menor^e.;^ para decir
la última palabra. La lírica de Basso, en tan breve ex-
tensión material, es de una intensidad superior, con-
vence y contagia. Quien conoce profundamente a
Basso, quien llega a leerlo acompañándolo, como al
marinero del viejo romance, arriesgándose en la bús-
queda interior, encontrará en sí mismo el mar recién
nacido, sin más dirección que su propio acento, sin
más bandera que el "rojo pendón de los reyes del
mar" que cantara Darío y que no puede ser otro que
el de los grandes amanceres, entonces sabrá, platóni-
camente, DEL SAGRADO DELIRIO QUE VIENE DE
J,AS MUSAS algo más que la generalidad de los doc-
tores.
Nosotros nos hemos acercado a la poesía de Bas-
so Maglio atraídos por el señuelo de uno de los Sal-
mos. El que figura en las Biblias modernas bajo el
número ocho y que el poeta glosa partiendo libremen-
te del versillo tres: "Cuando veo tus cielos, obra de
tus dedos, y la luna y las estrellas que tú formaste
Lo primero que hace años nos llamó la atención
era encontrar en una poesía, moderna y hermética,
la referencia al lirismo bíblico que simplemente pare-
ce antiguo y abierto, es decir archisabido y accesible.
Pero como nos dice el Evangelio, "HAY QUE ESCU-
DRIÑAR EN LAS ESCRITURAS". Ese Salmo que nos
hizo un camino hacia Basso, es uno de los más ele-
vados del Salterio, nos hace mirar los grandes hori-
zontes de la palabra inefable, el nombre divino que
no cabía en los impuros labios, nos hace levantar los
ojos a la grandeza y a la belleza del universo y a tra-
vés del canto llega al hombre, el mínimo punto en
medio de la noche, el pequeño círculo en el festival
de las alabanzas nocturnas. Pero ese pequeño círculo
en la inmensidad material y misteriosa de la crea-
ción encierra el gran horizonte de su dignidad divina
que es el pensamiento por el cual SE LE HA DADO
EL DOMINIO SOBRE LA TIERRA Y SE LE HA HECHO
POCO MENOR QUE LOS ANGELES. El salmo estable-
ce el contraste entre nuestra perecedera nada mate-
rial y el universo, luminoso y sombrío, musical y ca-
llado. Siglos después nos dirá luán de la Cruz: "Un
solo pensamiento del hombre vale más que todo el
mundo; por tanto sólo Dios es digno de él". Y, enton-
ces se nos aclara el sentido del poema de David y lo
declaramos con palabras de Basso Maglio como quien
resuelve el enigma de los enigmas: el hombre es el
pequeño círculo que encierra el gran horizonte de su
pensamiento y su grandeza y su servidurabre se con-
cierta en una canción de alabanzas que es como EL
METAL DE LA NOCHE, luminosa y sombría, musical
y callada. Lleguemos a una exégesis libre y fraterna
a la vez para afirmar : la canción de los pequeños
círculos y de los grandes horizontes es el poema del
hombre, quiere sigrúíicar la creación del hombre, es
la gran respuesta de este gran contestador que es el
poeta a través de sus plegarias o de sus blasfemias,
tan heroicas y tan dolorosos unas como otras.
Ahora sí, a seis lustros de la aparición de esta
obra davídica podemos permitirnos "LAS lUSTAS
VENGANZAS MAS QUE LICITAS" de no recordar a
los que han empequeñecido el mundo con las ruin-
dades históricas, los concordatos, los pactos y también
a los poetas de la comedia social y de la literatura
barroca, filosófica o política. Celebremos la creación
poética y condenemos al silencio la retórica, el espio-
naje y las camarillas porque desnudo y limpio hay
que subir a la nave para escuchar la Canción de los
pequeños círculos y de los grandes horizontes que
canta nuestro querido capitán. Breve, rara y vigorosa
letra que como en el romance citado, amaina los vien-
tos de las vanidades, pone en calma el mar de los
rencores, hace posar en los mástiles los vuelos de las
voces efímeras y trae a la superficie rizada de la es-
puma los peces del hallazgo, las vivencias que sus-
tentaran, exquisitamente, la emoción estética.
La espiritualidad de esta Canción, la hemos vis-
to levantarse desde los más remotos cánticos que ala-
ban las maravillas de los espacios y presentan desi-
gual duelo a los Goliat del tiempo. En estos ce-
ñidos poemas se vuelve a oir la voz y el fervor del
Salterio. '
Por eso decía con su bella y desnuda palabra
nuestro amigo Julio J. Casal, el poeta de "Arbol":
"SU LUNA ES DE TODOS LOS CIELOS Y SU CLA-
RIN ES DE TODAS LAS SELVAS. EL POETA SERA, A
PESAR DE EL, PARA UNA MINORIA; LA MAYORIA
QUEDA SACIADA EN LA SENSIBILIDAD DEL ARTIFI-
CIO. EL POETA VERDADERO HABLA CON DIOS.
Y PARA COMPRENDERLO ES NECESARIO CONOCER
SU LENGUAJE".
Exactamente. La poesía es el lenguaje que ha
creado el poeta, en primer término, para hablar con
Dios libremente y a solas. Por lo tanto es un lengua
je distinto, más sencillo y más difícil que el que em-
plea el vecino para hablar con su vecino, o el que
emplea el amor para hablar con su amor, aunque el
hablar con el vecino nos deja más a oscuras y el amor
casi siempre mudos, pero di hombre la poesía lo de-
ja, siempre, iluminado y sonoro.
Oigamos la glosa del Salmo clave :
"CADA VEZ QUE PREGUNTO DONDE LLEGAN MIS
[CIRCULOS,
EN LAS AGUAS DEL POZO, MI CONFIANZA, GOLPEA,
Y APENAS SI PALPITAS EN MIS CURVAS LIGERAS,
TU, QUE NO TE FATIGAS DE HORIZONTES
[FINISIMOS.
Que nadie nos censure ahora, ni el mismo Basso
nos proteste si todo lo que hemos dicho hasta aquí,
es para dar entrada a una tesis, un tanto peregrina
pero que será salvable si resulta hermosa : la Canción
de Basso, los pequeños círculos y los grandes horizon-
tes líricos de Basso, son una semilla que se ha abier
to al calor de la tierra, al golpe de la lluvia, al lla-
mado del aire y del sol, a las danzas del viento, abrien-
do y cerrando su crespa copa, sus oros, sus ensortija-
das ramas... Una semilla, una mística semilla que, en
un instante inspirado, recogió Basso en lajpalma de
su alma para establecer comunicación definitiva con
el Salmo. Y no solamente con el señuelo de la glosa...
En CANCION DEL PREDESTINADO, oímos:
"SEÑOR, NO SIEMPRE LABRAN AQUELLOS QUE
[GOLPEAN:
NI AQUELLOS QUE RETUERCEN LOGRAN ALEGRE
[FORJA;
NI SIEMPRE ES FE, TAMPOCO, EL ARIDO DESVELO
DE AQUELLOS QUE ENROJECEN EL METAL DE LA
[NOCHE."
Esta Canción no deja de establecer conexiones
profundas con otro salmo, el que dice : "SI JEHOVA
NO EDIFICARE LA CASA, EN VANO TRABAJAN LOS
QUE LA EDIFICAN: SI JEHOVA NO GUARDARE LA
CIUDAD, EN VANO VELA LA GUARDA.
POR DEMAS OS ES EL MADRUGAR EN LEVAN-
TAROS. EL VENIROS TARDE A REPOSAR, EL COMER
PAN DE DOLORES; PUES QUE A SU AMADO DARA
DIOS EL SUEÑO."
Así con inspiración y músicas antiguas y con mo-
dernas armonizaciones, "echando el vino en odres
nuevos", ha llegado nuestro salmista, con finísimos
acentos al oído de la noche, con el fértil ademán de
quien enciende una lámpara, a "difíciles claridades'
ha levantado los párpados de las arpas y ha declarado
en el silencio, lo insondable de toda obra divina.
Pero esta voz de Basso Maglio, no es tributaria
de ninguna de las religiones positivas, ni literariamen-
te de alguna tradición bíblica. En el idioma de Cas-
tilla, tradición preclara, sin duda, y basta lo suficien-
temente dócil como para hacerse tema académico.
Lo bíblico de Basso es diferente a lo ya conocido
porque viene desde adentro, porque brota de lo inad-
vertido, porque es original. Porque Basso ha tomado
de aquellos cánticos de alabanzas, el humano fuego
creador, la espada de su llama y no la vaina de ce-
nizas, el estremecimiento íntimo, el más allá paradi-
sial de las "músicas calladas", de las soledades so-
noras" para hacer escuchar la inminencia celeste de
sus propios acentos.
Sin embargo, a pesar de las lejanías de todo lo
que hemos mentado, sentimos a Basso muy cerca y
muy americano. Y lo sentimos porque su alejandrino,
ganado en buena ley tiene un color modérno, un ám-
bito de estas latitudes. No se atribuya esta afirmación
a un americanismo exteriorizador y fácil. Es nuestro
deber contribuir al conocimiento y estimación de lo
que aquí se ha realizado, a pesar del secreto rencor
de los que pueden afirmarse a plazo fijo en el arte,
en la crítica, en la ciencia o en la política.
He apuntado al lirismo bíblico de Basso que alien-
ta en la autenticidad creadora de su Canción y doy
testimonio por esa misma calidad original de su sa-
bor americano, valiendo esta expresión en sentido uni-
versalista que es el que quiere hacerse realidad en
nuestra vida de pueblos libres.
Alguna vez el aleiandrino de Basso, nos puede
acercar algunas modulaciones del alejandrino baude-
lairiano, así en el poema "Después de mi Batalla".
"DAVID, CASCADA DE ORO, MELODIA DE ORFEBRES;
SALOMON EL TENAZ, FORJADOR DEL PROVERBIO,
SOBRE EL CAUCE EN QUE CALLAN LOS METALES
[SANGRIENTOS.
LABRARON, EN MI GRITO, EL PERFIL DEL REGRESO.
QUEDA EN LOS DIAS VAGOS, COLOR DE DULCES
[LIENZOS,
Y, EN HIERBA SOLLOZANTE, EL TAPIZ DEL FUGAZ...
EL BRONCE, TODO OSCURO, YA VUELVE DE LA
[GUERRA
Y EL CLARIN YA SE HIZO CARACOL DE LA MAR.
Hace cien años salía a una intemperie de colmi-
llos Y a la luz del futuro, el libro fundamental de la
moderna poesía francesa; su autor Carlos Baudelaire,
en nombre de los "moralistas", fue llevado ante los
jueces que, no podía ser de otro modo, lo condena-
ron como al justo, demostrando así, terminantemente,
el linaje de espiritualidad que investía la obra del
poeta.
Hoy encontramos para su rehabilitación, sus pro-
pios acentos en las mejores obras líricas que recorren
el mundo con la buena nueva del arte que es en de-
finitiva la suprema dignidad del género humano. Los
mentados alejandrinos de Vicente Basso Maglio, en
una de sus piezas palpitantes, muestran un aire de fa-
milia con el poema Los Faros, uno de los que, con más
segura plenitud, se siente el genio del poeta de Fran-
cia.
DELACROIX, LAC DE SANG, HANTÉ DES MAUVAIS
[ANGES...
DAVID, CASCADA DE ORO, MELODIA DE ORFEBRES...
Hay también en Basso una filiación baudelairiana,
una hermandad libre y profunda, una espléndida sali-
da, a la pura contemplación poética, "qui roule d'áge
en age" y que no podrá ser destruida por los que tra-
bajan "SIN EL HORROR DEL MAL".
Y cual, se preguntará es el poema por excelencia,
el desprendido, el fruto cardinal de toda la obra... Es
el que ya hemos comenzado a aprender de memoria,
el que si decimos Basso Maglio, agregamos, aunque
sea mentalmente :
"MORIR TODAS LAS VECES QUE NOS SEA POSIBLE.
HASTA AGOTAR TUS TONOS, CLARIDAD
[DESENVUELTA."
Este es el gran mensaje, esta es la libérrima con-
signa. hay que morir, sin treguas, buscando a Dios
porque en esa búsqueda encontraremos nuestra ver-
dadera vida.
URUGUAY GONZALEZ POGGI
CANCION DE LOS PEQUEÑOS CIRCULOS
Y DE LOS GRANDES HORIZONTES
Cuando veo tus cielos, obra de tus de-
dos. la luna y las estrellas...
Salmo 8; al Músico Principal;
sobre Gittith.
D-AVID.
TÚ que avivas esmaltes y levantas dulzura.
Labrando alegremente, la corona del día;
Y te ciñes el cosco, la dureza del trigo,
Y corres sobre el musgo que ya es toda mi música...
Y duro lecho quiebras derramando rocío;
Y, en estrellas, lo afirmas; desenvuelves la abeja
Del dolor, por los cielos; cortas mis gritos verdes
Gdu tu luna y extiendes mi vigor cristalino
Cada vez que pregunto donde llegan mis círculos.
En las aguas del pozo, mi confianza, golpeas,
Y apenas si palpitas en mis curvas ligeras,
Tú, que no te fatigas de horizontes finísimos!
APTITUD CONSTANTE
Morir todas las veces que nos sea posible...
Hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Y madmar como la fruta, hacia una muerte.
Entre esmaltes lejanos, sobre viejos matices.
Acerquénse mis días,..! Sus riberas serenas
pulirán bordes duros y guerreros perfiles
Como endulza el guijarro de las playos inmensas
El eterno cantor de las conchas marinas!
Y por que voy perdiendo todo el rudo contorno.
Oh muerte, y ya comprendo a mi estrella finísima
El color de mi sangre es tapiz de los ojos;
Costiunbre de esperarte, esta profunda herida.
Y no salto del lecho con la misma viveza
Del que salta del barco a la orilla, de pronto;
Y no saco a través de la vaga pereza,
los cuernos delicados, caracol de la noche...
Morir todos las veces que nos sea posible...
Hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Hasta hacer de la muerte, una aptitud constante
Y llevarla lo mismo que el hábito tranquilo.
CANCION DEL CLARO DESPRENDIMIENTO
Por fin, oh fresca noche, en la inmensa alegría
De la hierba, descansa la avidez ya cumplida
En fuente sostenida como estrella
Y en racimo desbordado, sangriento...
No por cima de miel, por senda de rocío
Me llevas hoy, el ola pausada y vagobxmda,
Pura meditación, claro desprendimiento.
Que me quiebras el dardo de las abejas rudos
Y me doras el pecho fino de las luciérnagas!
EL MODO DE ENCONTRARTE
Ni sobre el peñasco verde, alegre
Palomar marino;
Ni sentado sobre el ojo del buey.
Brocal de tú espiga;
Ni sobre el cauce sin párpados.
Necesitas mostrarte!
Ni en el tapiz liviano que está abriendo
Agujeros sangrientos.
La cigarra sin sueños.
Necesitas mostrarte!
Ni en camino labrado ni en cuenca viva
O tallada ruta;
Ni en la senda nocturna
O en la dulce oscuridad del dedo tino.
Que hace el vaso de arcilla.
Necesitas mostrarte!
Ni sobre la arista del otoño.
Paja de tu lagima;
Ni en los granos de sal, trigo de tus gaviotas;
Ni asomado a las serena moldura.
Nácar del caracol, azogue de la música;
Ni bajo el viejo sol de musgo.
Siesta de tus gmjarros, rumor de tus tambores.
Necesitas mostrarte!
Abeja que no busca mi mirar en ol niebla.
Vaga en torno de TI, plcrteándose...!
CANTICO DEL ESPIRITU FIEL
Cuando yo vuelva a Tí, quedarás contemplándome
Como al que está labrado por la ausencia...
Porque seré de aquellos, en cuya carne áspera.
Alfareros antiguos y profundos orfebres.
En paciente lámina dorada
O en arcilla de nocturno reflejo,
Iluminado ima vertiente larga
Para figuras de perfil sereno.
Dibujando el descanso.
Dejaron los estilos del regreso.
Cuando yo vuelva a Tí, te quedarás oyéndome
Como a la cuerda fina...
Porque seré de aquellos
Que, como nunca logran tener la lengua viva.
Les brota, dulcemente.
La música marina.
DESPUES DE m BA TALLA
David, cascada de oro, melodía de orfebres;
Salomón el tenaz, forjador del proverbio.
Sobre el cauce en que callan los metales sangrientos
Labraron, en mi grito, el perfil del regreso.
Queda en los días vagos, color de dulces lienzos;
Y, en hierba sollozante, el tapiz del fugaz...
El bronce, todo oscuro, ya vuelve de la guerra
y el clarín ya se hizo caracol de la mor!
SOSTEN DE LA DULZURA
Cigarras de oro llenan todo el polvo del día;
Grillos de plata afinan la tapizada noche...
En aridez alegre o eternidad perdida.
Desvélase el metal de los viejos cantores.
Y en espiga de músicas o en sóndalo de voces
Sobre arena sin lágrimas o entre hierbas azules
Que descansan debajo de sus frescas coronas.
Yo te sostengo, vago rumor de mi dulzura.
CANCION DE LA FIRME FE
Por fin estoy seguro de aquel que está moviendo
El sol como su espejo; y da bronce y da trigo...
Por fin estoy seguro de aquel que me dehace
Todos las alegrías,
Y en su sal me refresca
Y en su verdor me aviva!
Por fin estoy seguro de aquel que entona lejos
La delicada música :
¡Clarines de la lluvia.
Tambores sin espigas!
Y que en la bruma vieja
De las estampas finas.
Hace colmenas grises
y me endulza.
La miel de la fatiga.
Por fin estoy seguro de aquel que a la luciérnaga
La lleva como brasa mientras vuela;
Por fin estoy seguro de aqueí que, a toda ausencia.
Le alarga suavemente el párpado de almendro.
Porque aquel que me tiende arenal del llegada
Y suavemente me recobra.
También sabe labrarme el tapiz de guijarros
Y posarme estos días oscuros y plateados
Como el ala de las gaviotas.
Porque aquel que no tiene confianza de mi lecho.
Por algo en las estrellas me lo da sostenido.
Por algo es que me tiene en un sueño ligero.
Por algo es que le basta pora que esté despierto
Y hacerme andar, la rueda del rocío!
CANCION DEL VASO HERIDO
Toda la nacarada vaguedad de la música
Vendrá pora endulzarte, encarnizado orfebre...!
Finísima cascada de tu aridez, la luna.
Como platea espigas, te dormirá los dedos.
Y ya que tú no cavas como im párpado fuerte
el cauce pensativo del estilo profundo,
A lo largo del voso deja caer el sueño
Y cierra las heridas de su flanco nocturno.
EL CORAZON SALOBRE Y VAGABUNDO
El dueño de las nubes descansa y el barquero
Siente como se dora el mástil del novio;
Cómo se vuelve luna, toda imprudencia viva;
Y todo rudo ardor, ojo lleno de estrellas;
Cómo brotan las finas lenguas de la dulzura;
Cómo la suave noche del caracol abriga'
Los gemidos que huyen del arenal henchido;
Cómo la fresca voz hace sombra de música;
Y cómo el corazón salobre y vagabundo
Ya tiene el rumcr vago de la concha marina...!
CANCION DEL PREDESTINADO
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará
en el reino de los cielos.
MATEO.
Señor, no siempre labran aquellos que golpean;
Ni aquellos que retuercen logran alegre forja;
Ni siempre es fe, tampoco, el árido desvelo
De aquellos que enrojecen el metal de noche.
Ni todas las espigas que crecen, oh platero.
Con su verdor clamaron como con sus campanos;
El flanco del otoño quedó en algrma de ellas.
Vertiente del orgullo por las sangrientas tallas!
Señor, no siempre duermen aquellos que descansan
Haciendo de su párpado la tabla del alero;
Y son los que levantan descoloridas parvas
Los agrios que se yerguen sobre sus limos muertas.
No todas las luciérnagas el dulce pecho agrandan
En ávidos espejos o en urnas de tormentas
O en fina levadura que llena los menguantes
O en savia solitaria que viste los almendros.
ñámente la poesía de Vi-
cente Bassó Maglio, desco-
nocida por las generacio-
nes presentes o escasamen-
te divulgada por las anto-
logías.
VICENTE BASSO MAGUO
nació en 1889.
En 1917 publica "EL DIVAN
Y EL ESPEJO" poemas; en
1927 "CANCION DE LOS
PEQUEÑOS CIRCULOS Y
DE LOS GRANDES HORI-
ZONTES". Es autor asimis-
mo de dos libros de en-
sayos : "LA EXPRESION
HEROICA" (\1928) y "TRA-
GEDIA DE LA IMAGEN"
(1929 ).
\
Número 53 de la Serie 1958
de CUADERNOS JULIO HE-
RRERA Y REISSia dirigidos
por JUVENAL ORTIZ SARA-
LEGUI.
Dirección Postal :
Mosini 3359 ap. 11
Montevideo - Uruguo/.